sábado, 16 de junio de 2007

Alborada

Alborada.
Cierro los ojos y la veo sonriente. Rostro bello. Pupilas brillantes y cabello oscuro. Voz fuerte.
Conversación chispeante y carcajada contagiosa. Cigarrillo encendido. Boina y pantalón.
Paleta en mano.Pintando. Así la recuerdo. bajo altos techos y sobre esbeltos andamios. Trabajando en un mural para la Iglesia de Santa Rita en la Ciudad de México: La Virgen de la Luz.Única hermana de mi abuela Ernestina, ella fue para mí mas que una tía abuela, más incluso que la tía consentida dentro de la familia de mi padre…………… Así la recuerdo, en su departamento, un domingo del verano de 1984. Nos despidió al pie de la escalera, “mula” en mano-- como llamaba con sentido del humor a su bordón. Mi madre y yo presentimos que el final estaba cerca. Volteamos para mirarla por ultima vez. La vi entonces -- la veo ahora -- sonriente. Como su nombre, Luz, su memoria es alborada.
Gerardo Puertas G.
Moterrey NL 2005






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