miércoles, 15 de mayo de 2019

Las mujeres tienen fuerzas que asombran a los hombres.
Ellas cargan niños, penas, y cosas pesadas;
sin embargo, tienen espacio para la felicidad, el amor y la alegría.
Ellas sonríen cuando quieren gritar.
Cantan cuando quieren llorar.
Lloran cuando están contentas y ríen cuando están nerviosas.
Las mujeres esperan una llamada por teléfono avisando que llegó a casa sano y salvo
un amigo o pariente que salió en tiempo de tormenta.
Las mujeres tienen cualidades especiales.
Se ofrecen para las causas buenas.
Ellas son voluntarias en hospitales, llevan comida a los necesitados.
Ellas trabajan como niñeras, ejecutivas, abogadas, amas de casa,
y solucionan disputas entre niños y también entre sus vecinos.
Acompañan a algún amigo preocupado al doctor.
Ellas aman incondicionalmente.
Las mujeres son honradas, fieles, y saben perdonar.
Lloran cuando sus niños sobresalen
y se alegran cuando sus amigos obtienen premios.
Las mujeres se alegran (o lloran) cuando se enteran de un nacimiento o un nuevo matrimonio.
Sus corazones se rompen cuando fallece algún amigo.
Sufren ante la pérdida de un familiar, pero todavía
sacan fuerzas cuando el resto ya no la tiene.